octubre 24, 2025

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Construcción, Arquitectura y Diseño

¿Y si diseñaras tu modelo de negocio como diseñas un edificio? 

En arquitectura estamos entrenados para crear espacios funcionales, estéticos y sostenibles. Pero cuando se trata de diseñar el modelo de negocio de nuestra firma, la mayoría lo deja a la improvisación o, peor aún, copia lo que hacen los demás. ¿Y si aplicáramos el mismo rigor del diseño arquitectónico al diseño del modelo empresarial? 

Según Beckett y Dalrymple (2019), un modelo de negocio debe entenderse como un sistema complejo de actividades interconectadas, donde participan actores, recursos y decisiones estratégicas, todo orientado a crear, entregar y capturar valor. 

¿Qué elementos deben tenerse en cuenta al diseñar un modelo de negocio? 

Así como un plano arquitectónico considera estructura, instalaciones y acabados, el modelo de negocio debe contemplar: 

  1. El valor que se ofrece: ¿Qué problema real estás resolviendo? 
  1. A quién se lo ofreces: ¿Quién es tu cliente ideal? 
  1. Cómo lo entregas: ¿Cuál es tu cadena de actividades y recursos? 
  1. Cómo capturas valor: ¿Tu firma está ganando suficiente por el valor que entrega? 

Y lo más importante: ¿están todas estas partes conectadas entre sí de forma coherente y estratégica? 

De los componentes a la arquitectura 

Beckett y Dalrymple proponen pensar el modelo de negocio como una arquitectura viva, no solo como una lista de componentes (como en el famoso Business Model Canvas), sino como un sistema dinámico donde cada elemento se relaciona con los demás. En otras palabras: no basta con tener los bloques; hay que saber cómo se articulan

Un ejemplo claro: tu promesa de valor puede ser impecable, pero si tu estructura de costos o tus canales de entrega no la respaldan, todo el sistema se descompensa. Lo mismo ocurre cuando contratas talento que no se alinea con el tipo de proyectos que haces, o cuando tus procesos no escalan con tus ventas. 

¿Qué herramientas existen para diseñar esta arquitectura? 

El artículo propone adoptar una visión de diseño sistémico, inspirada en tres disciplinas: 

  • Arquitectura empresarial: para mapear capacidades y procesos 
  • Pensamiento de diseño (design thinking): para entender necesidades reales de clientes 
  • Modelos de actividad: para visualizar redes de actores y recursos 

Con esto, puedes crear un modelo de negocio personalizado, adaptado a la identidad, contexto y ambición de tu firma. 

Conclusión: del dibujo técnico al diseño estratégico 

No hay una única forma correcta de organizar un estudio de arquitectura, pero sí es esencial dejar de improvisar. Diseñar conscientemente tu modelo de negocio te permitirá: 

  • Elegir tus clientes 
  • Planificar tu crecimiento 
  • Escalar tus operaciones 
  • Tomar decisiones con visión 

Así como cada espacio que diseñamos responde a un propósito, cada componente de tu modelo de negocio debe responder a tu propósito empresarial. 

🎯 Tu modelo de negocio no debe ser una plantilla ajena, sino una obra diseñada con la misma intención con la que proyectas un edificio: pensando en quién lo habita, cómo se vive y cómo se transforma en el tiempo. 

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