Uno de los temas más decisivos en la gestión de una ferretería es la forma en que se asignan los costos. No se trata solo de llevar cuentas, sino de entender qué parte del esfuerzo diario realmente genera rentabilidad y cuáles gastos pueden estar frenando el crecimiento del negocio. A continuación, compartimos algunos criterios para hacerlo de manera práctica y estratégica.
¿Qué es un gasto y qué es un costo?
- Gasto: Es un desembolso necesario para que la empresa siga funcionando, pero que no genera un ingreso directo. Por ejemplo: el pago de servicios públicos, la papelería o la publicidad.
- Costo: Está directamente relacionado con la venta de un producto o servicio. Comprar una caja de tornillos para revenderla es un costo, porque ese dinero se recupera en el momento de la venta.
La confusión entre estos dos conceptos suele hacer que los dueños de ferreterías no tengan clara la rentabilidad real de su negocio.
Costos fijos y costos variables
- Costos fijos: No cambian según el nivel de ventas. Son los arriendos, salarios, seguros y otros que deben pagarse mes a mes, así no se venda nada.
- Costos variables: Cambian según la cantidad de productos vendidos. Por ejemplo, las comisiones por ventas, las bolsas para empacar o el transporte por domicilio.
Separar claramente estos dos rubros permite calcular el punto de equilibrio, es decir, el nivel mínimo de ventas que la ferretería debe lograr para no perder dinero.
El punto de equilibrio: herramienta clave
Punto de Equilibrio (P.E.) = Costos Fijos ÷ [1 – (Costos Variables ÷ Ventas Totales)]
Con este cálculo se obtiene el monto exacto de ventas necesarias para cubrir todos los gastos y empezar a generar utilidades.
La importancia de la rotación
Uno de los grandes errores en ferreterías es acumular inventario que no rota. Tener estanterías llenas de productos inmóviles equivale a tener dinero atrapado que pierde valor con el tiempo.
El ferretero exitoso es aquel que sabe equilibrar la variedad con la agilidad: menos referencias dormidas y más productos que se muevan rápido.
Plan de acción inmediato: la “prueba de los 20 productos”
Para aplicar todo lo anterior sin esperar al próximo trimestre, propongo este ejercicio práctico:
- Haz una lista de los 20 productos que más se venden en tu ferretería.
- Ejemplo: bultos de cemento, cajas de puntillas, brocas, discos de corte, tubos de PVC, etc.
- Calcula su margen de rentabilidad real.
- Precio de venta – costo de compra – costos variables asociados (bolsas, transporte, comisión).
- Identifica cuáles son rentables y cuáles no.
- Puede que algunos productos estrella en volumen no dejen realmente utilidad.
- Redefine tu estrategia de compra y precios.
- Si un producto rota mucho pero deja poco margen, considera aumentar su precio ligeramente o buscar un proveedor más económico.
Con esta práctica, mañana mismo podrás detectar fugas de dinero y empezar a darle a tu ferretería una base sólida para crecer.
Asignar bien los costos no es solo un tema contable; es una estrategia de supervivencia y crecimiento.
El ferretero que entiende sus números sabe dónde ganar la guerra del centavo y cómo mantenerse competitivo sin ahogarse en gastos innecesarios.
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